¿Has pensado alguna vez en poner comederos para las aves silvestres y todavía no lo has intentado? ¿O lo probaste pero no salió bien, solo acudían palomas o el gato del vecino? Vamos a ver si puedo echarte una mano con algunas recomendaciones.
EL LUGAR
«¡Pero si no tengo jardín ni nada por el estilo»! Es lo primero que te puede venir a la cabeza dispuesto a desanimarte. Pues resulta que no hace falta disponer de jardín, ¿tienes balcón, terraza o una simple ventana que dé al exterior? Ya es suficiente. Pero es que además tienes a un paso cualquier parque del pueblo o ciudad y todo el campo alrededor, donde puedes echar una mano a las aves aportándoles alimentación, especialmente en tiempo de escasez, como sucede durante el frío invierno. ¡Cuántas veces he montado yo, ya desde crío, una «estación de alimentación», un conjunto de comederos y baños para aves, en el monte o en la rambla habitualmente seca de mi pueblo! Es un modo de echarles una mano y de lograr observaciones de comportamiento realmente cercanas. Sea en nuestro mismo hogar o en nuestra zona habitual de paseo.
¿POR QUÉ ALIMENTAR A LAS AVES SILVESTRES?
Por supuesto, el vecino o el primo a quien nunca se le ocurre hacer nada altruista te harán está pregunta… «¡Porque me da la gana!» puede ser la respuesta que te nazca en ese momento, pero seamos amables y educados. Además, tenemos argumentos de sobra. El aporte de alimentación es agradecido por las aves durante todo el año, pero especialmente en los periodos en que el alimento en la Naturaleza puede quedar en gran medida fuera de su alcance, como es el caso de las nevadas invernales, las heladas y los temporales. También les beneficia la disponibilidad de puntos de agua como baños y abrevaderos, siendo vitales durante las sequías estivales.
Antes de empezar conviene tener en cuenta que durante los periodos sensibles, como son el invierno y la época de cría, es necesario mantener en activo los comederos constantemente, ya que las aves que acuden en esos momentos pueden llegar a depender en gran medida de esa fuente de alimento predecible. Especialmente en invierno: los comederos siempre llenos. Por otra parte, la continuidad es la clave para conseguir atraer a las aves y mantener una buena concurrencia de especies y ejemplares durante todo el año. Si ponemos comida solo de vez en cuando, difícil será que las aves encuentren siempre y se habitúen al punto de alimentación.
Yo prefiero ofrecer gran variedad de alimentos durante todo el año, y que sean las aves las que elijan. Además, así disfruto y aprendo observando las preferencias de las distintas especies y cómo las van cambiando a lo largo de las estaciones, o más bien, de su ciclo biológico. Anoto también diferencias según edades y sexos y a aún entre distintos individuos. Sin embargo, conviene saber que durante los meses fríos, cuando las aves tienen mayores necesidades metabólicas, los alimentos más adecuados serán los más ricos en calorías, como los cacahuetes, las pipas negras, las pipas iregui, las semillas de negrillo, así como las mezclas que las contienen. También entonces, aunque adecuados para todo el año, son las bolas y pasteles de sebo, especialmente recomendables para el otoño e invierno por su alto aporte calórico.
El resto de semillas y mezclas dependen ya de las especies que se quiera atraer, existiendo gran variedad de opciones y también según el tipo de comedero a emplear; incluso con mezclas de semillas sin cáscara si el comedero lo tenemos instalado en un lugar, como un balcón, donde queremos evitar que queden residuos de la alimentación en el suelo. Hay mezclas enriquecidas con pasas, para atraer a especies insectívoras en gran parte frugívoras durante el invierno, mezclas especiales exclusivas para insectívoras, y aun larvas deshidratadas del escarabajo de la harina, que también podemos criarlas nosotros mismos.
Además podemos añadir otros alimentos, como frutas frescas y restos de comida que no contengan azúcares ni lactosa.
Los comederos podemos construírnoslos nosotros mismos o adquirirlos en un comercio especializado, pues actualmente son muy asequibles.
El tipo de comedero más clásico es la bandeja o tabla que se coloca suspendida de la rama de un árbol o bien sobre un poste o un muro, o incluso sobre cuatro cortas patas en el suelo. Puede tener tejado o estar descubierta, pero con la precaución de que la bandeja sea de un material perforado que permita desaguar.
También son cada vez más populares, por su fácil mantenimiento y conservar adecuadamente el alimento, los comederos tubulares. Los hay de distintos tamaños para grano y mezclas de grano normal, para grano fino o bien para cacahuetes y semillas grandes.
Los cacahuetes se sirven en comederos tubulares, comederos tipo cesta o bien directamente sobre la bandeja.
Otros comederos para grano son los de tipo tolva, que se van auto-rellenando conforme las aves van consumiendo el alimento.
Para servir los gusanos de la harina y las mezclas para aves insectívoras, y también para otros granos y mezclas para granívoras, son preferibles los comederos de plato, de los cuales también hay modelos cubiertos para colgar.
Los pasteles de sebo se ofrecen en comederos especiales tipo cesta y las bolas de sebo en cestas tubulares o bien colgadas una a una dentro de redecillas.
Por otra parte, existen también comederos con ventosas para fijar en el cristal de las ventanas, que permiten ofrecer alimento a las aves en cualquier lugar.
Además, si el lugar es tranquilo y está a salvo de predadores, incluidos los gatos domésticos, podemos poner comida directamente en el suelo. Esto será adecuado para las especies que tienden a alimentarse en el suelo, aunque las más arborícolas pondrán más reparos, sobre todo si el lugar está muy a descubierto.
Aunque podemos poner bebederos, mejor si apostamos por colocar un baño, que además de para beber servirá a las aves para darse el chapuzón diario para el cuidado del plumaje. Podemos construirlo de obra en el suelo o bien emplear un plato hondo y de orillas suaves, quizá con una piedra en medio si es lo suficientemente grande. Este plato-baño se puede poner en el suelo, en lo alto de un poste o colgado.
A la hora de elegir el emplazamiento de nuestra «estación de alimentación» hemos de tener en cuenta la seguridad de las aves. Hay que elegir un lugar tranquilo, sin riesgo de molestias humanas, pero también libre de predadores. De todos modos, podemos dar mayor seguridad a las aves situando los comederos y baños en lugares inalcanzables para los gatos y otros predadores terrestres, como por ejemplo colgados de un árbol, o colocados en lo alto o colgando de un poste. Si podemos adosar la «estación» a una masa de árboles y arbustos mejor todavía, ya que ahí tendrán un resguardo seguro de los predadores aéreos. Para eso es muy útil también que los comederos de bandeja tengan techo.
También conviene intentar situar los comederos a resguardo de los vientos dominantes, especialmente durante el invierno. Y a resguardo del sol durante el verano.
No hay que olvidar realizar una limpieza a fondo de los comederos al menos cada dos semanas. En época de calor mejor cada semana. Evitaremos así la propagación de infecciones.
¡A COMENZAR!
En fin, ya conoces lo básico para montar y atender un auténtico restaurante para las aves silvestres. Es el momento de comenzar. Si te queda alguna duda o en cualquier momento necesitas consultar algo, no dudes en escribirme, info@victorjhernandez.com, estaré encantado de ayudar.
Si te decidiste a montar tu comedero, ¡enhorabuena y a disfrutar!
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MÁS INFORMACIÓN:
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